Karajá variedad de mora

El cultivar de mora Karajá, ensayado como selección Black 223, se obtuvo por polinización abierta a partir de la selección Black 132 que, a su vez, se originó de la hibridación en 2003 entre los cultivares norteamericanos Brazos y Arapaho. En 2006, se extrajeron semillas de los frutos de Black 132, obtenidos por polinización abierta, dando lugar a plántulas. Entre las plántulas de la progenie obtenida, se seleccionó una que se identificó como Black 223, que se propagó asexualmente por esquejes de raíz y se colocó en una colección para realizar evaluaciones fenológicas y agronómicas más detalladas.
Las plantas de Karajá tienen un hábito de crecimiento erecto. La posición predominante de las ramas secundarias es en la mitad superior del tallo, y la rama latente tiene una pigmentación rojiza media (antocianina), con una sección transversal angular. Tanto el tallo primario como el secundario carecen de espinas.
La brotación suele comenzar en agosto.
En las condiciones del sur de Brasil, la floración suele durar desde la primera quincena de septiembre hasta la segunda quincena de octubre. Las flores son grandes, blancas con un matiz rosado, especialmente cuando aún están en capullo, y pueden tener un número de pétalos múltiple de cinco, aunque en general, cinco pétalos.
La recolección suele comenzar en la segunda semana de noviembre y se prolonga hasta finales de diciembre (o, esporádicamente, principios de enero), unos días antes que en los cultivares Tupy y Xavante, y unos 10 días antes que en Cainguá. En cultivo experimental, sin irrigación y sin soporte para las plantas, manteniéndolas por lo tanto a baja altura, la producción promedió poco más de 1,5 kg por planta. En otro experimento, en espaldera y con suministro de agua, la primera producción fue de 2,5 kg por planta y la producción media durante los tres primeros años fue de 2,73 kg por planta.
La producción acumulada en los tres primeros años fue de 54,67 t/ha.
El contenido total de sólidos solubles en el fruto se sitúa entre 8 y 10 Brix, pero la acidez relativamente alta hace que los frutos tengan un sabor inferior a los del cultivar Tupy. Por otro lado, tienen un sabor de leve a moderadamente amargo, mucho menos perceptible que los frutos de los cultivares Ébano y Xavante, los únicos cultivares brasileños sin espinas, disponibles en el mercado.
El Karajá podría venderse fresco, pero su aspecto, tamaño y sabor son inferiores a los de los frutos de cultivares destinados a este fin, como el Cainguá.